domingo, 27 de noviembre de 2011

Capítulo.3

<<6:50>> Eso era lo que ponía en el reloj nada más levantarme.
Estaba totalmente cansada...mi abuela abrió la ventana y entró un rayo de luz que me dejó totalmente cegada.
-Buenos días Abygail- Dijo me abuela
-...Aby...-Le corregí con voz ronca.
Era demasiado pronto, pero no me quejé, no quería parecer una persona arrogante.
Ahora que estaba bien despierta vi bien mi habitación.
Mi abuela me dijo que era la habitación de mi madre cuando tenía mi edad. Estaba lleno de fotos suyas con un caballo.En el extremo de uno de los cuadros había una medalla colgada, la cogí y vi que ponía: "Gran carrera Zavaleta 1960."
-Tu madre quedó primera en la carrera- me dijo mi abuela.
-¿Y este caballo?- Le pregunté.
-Ese era Scripe, se lo regalamos por su cumpleaños, pero se fue pronto.-
-¿Que pasó?-
-Al final de la carrera Scripe tropezó y se rompió la pata delantera, tu madre lo llevó al veterinario, pero era una herida que no se podía curar...-
-¿Murió?-
-Desgraciadamente...y también murió la esperanza de tu madre,cuando se fue Scripe, ella no quiso montar a ningún otro caballo, ella misma se hizo esa promesa.-
No me podía creer que mi madre nunca me contara esa historia, ni que había tenido un caballo de carreras.
Bajé a el comedor para desayunar, no paraba de pensar en lo que me dijo mi abuela...
Al salir de la casa fui a explorar por los alrededores.
Entré en el granero,las gallinas me seguían para pedirme comida y les tiré un pequeño saco de semillas que encontré.
Entré en una pequeña cuadra y vi que en una placa polvorienta estaba escrito el nombre del caballo de mi madre.El lugar estaba oscuro y polvoriento, así que salí de allí enseguida.
Mientras mi abuela estaba haciendo las labores en la casa, me acerqué a el lago que estaba al lado del granero, la verdad, es que no todo el mundo tiene la suerte de ver este paisaje todos los días. No había nada alrededor, ni casas, ni otras granjas...nada, solo un bosque lleno de arboles realmente altos.
Me acerqué un poco a el agua y me puse de rodillas para ver el reflejo. A lo lejos, vi una gran mancha oscura que venía corriendo hacia mí. Caí al agua, no podía salir, me estaba ahogando y notaba que cada vez me hundía más.

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